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TEXTO DE LA DEDICATORIA DE MARTA OSORIO A ISABEL M. REVERTE EN UN EJEMPLAR DE MIEDO, OLVIDO Y FANTASÍA:
“Para Isabel Martínez Reverte, fría lluvia, nieves sierra, más río y más lluvia. Granada, calles, plazas, entrevistas, Víznar. El Realejo, Belén, escaleras interminables, las primeras mimosas, el palomar, traslados, cambios, focos, placas, cables, preguntas, respuestas, terremotos emocionantes y el consuelo de Fray Angélico. El jardín , las torres, los peces, la regadera y otra vez más escaleras, nuevos cambios, focos, luces, la maleta, claveles rojos, la flor preferida de Lorca, periódicos, gatos, polvo, un descanso, piononos y copitas de Chinchón. Anochece, y el pasado inunda la habitación. Ya es noche cerrada. Y el adiós”
Con este texto me dedicaba Marta un ejemplar de las segunda edición de su libro. Así contaba cómo fue aquella tarde inolvidable, cuando, después de tres años de conversaciones, por fin, en febrero de 2009, pudimos hacer la entrevista esencial para realizar el reportaje LA MALETA DE PENÓN, que se emitió en DOCUMENTOS TV el 9 de abril de 2009.
Oímos hablar del libro MIEDO, OLVIDO Y FANTASÍA en julio de 2006. Informe Semanal nos encargó un reportaje a Manolo Guerra y a mí sobre los investigadores que buscaron a Lorca. Y nos fuimos a Granada. Como siempre que buscábamos algo del poeta lo primero que hacíamos era llamar a Juan de Loxa, que nunca nos defraudaba. Y esta vez menos que nunca. Nos dijo que no quería entrevista pero que debíamos ir a la Casa de los Tiros a ver una exposición de una maleta cuya dueña, Marta Osorio era autora de un libro sobre un investigador llamado Agustín Penón.
Llamé a Marta y rechazó una entrevista porque, dijo, tenía un problema en la vista. Vimos la exposición, la rodamos y me compré el libro. No lo pude dejar en ningún momento, me atrapó y lo mismo hizo con Manolo, y con el reportero Marcelo y con el sonidista Luís Miguel. En las pausas del rodaje, durante la comida o cena, en cualquier momento, buscábamos este libro tan emocionante, tan misterioso que decidimos hacer un documental sobre la maleta y sus dueños. Por fin, tras casi tres años de llamadas, cartas etc, por fin, conocimos a Marta. La cita fue en el hotel Alhambra Palace. Marta iba con Virginia, su lazarilla, su confidente. Virginia llevaba un encargo específico: debía escrutar mi mirada cuando hablaba y escuchar, porque Marta era ciega. Virginia me aprobó y Marta me aceptó y ya nos hicimos amigas para siempre, hasta que tuve que escribir su necrólógica para el diario El País.
Querida Marta, siempre te llevaré en mi corazón.